Tu suegra no es la culpable

Incluir la palabra suegra en un titular de un correo, da garantías de apertura y lectura.

Tanto como si la has tenido, como si no, nadie escapa al a los mitos y leyendas que hay sobre ellas. Concretamente sobre las sibilinas.

Por experiencia propia, no hay leyenda que valga, existen, existen de verdad, yo he tenido dos, así es que hablo desde la experiencia.

Mis suegras han sido madre de hijos varones.

Dos suegras completamente diferentes, pero con una misma misión: que ninguna mujer convierta a sus hijos en seres sumisos.

Esa mujer que está decidida a secuestrar a su hijo, es la nuera: un ser ingrato. Una especie que no se extingue (aunque anda cerca), y que ha sido creada para conseguir que su hijo sea expulsado del paraíso. Ese lugar que “La Sibilina” con tanto esfuerzo y tanto esmero, ha cuidado durante tantos años.

Es una lucha de titanes, a la altura de “Avengers: Endgame”

Venga, me he flipado un poco, pero es que Thanos es un personaje que da mucho juego 😉.

Te reconduzco, ahí está la suegra que no quiere soltar y la nuera que se lo quiere llevar.

Todos sabemos quién gana la primera batalla claro, pero una vez sale el muchacho de casa, se convierte en una guerra de guerrillas y la guerra no tiene fin hasta que la nuera tira las armas.

La guerra acaba por dos situaciones:

1ª. Eva y Adán se divorcian.

2ª. Eva cambia de estrategia: para eso Eva hace un trabajo brutal de aprendizaje.

Eva no cambia la estrategia porque ha entendido que su suegra la critique abiertamente, la sonría desde la hipocresía o la ignore en eventos familiares.

Eva destierra las armas porque ACEPTA que, si de verdad quiere que su media naranja siga haciéndola zumito por la mañana, tiene que poner fin a todo lo que se refiere a un enfrentamiento abierto con “La Sibilina”.

Y, ¿cómo consigue Eva aceptar tan malintencionadas acciones?

Pues mis queridas “Evas”, no hay una misma solución para todas, pero sí un método único:

que te conozcas,

que dibujes tus líneas rojas,

que las decisiones las tomes desde el corazón,

que te trabajes la asertividad,

y la más importante de todas,

si quieres que “La Sibilina” se entere de algo, díselo tú. Cara a cara.

Entrar a formar parte de otro sistema familiar, me parece unos de los mayores retos a los que nos enfrentamos las personas.

Te ayudo a aceptar.

P.D. Intentar entender porque en la casa de enfrente comen a las 16:00 en lugar de a las 14:00 o porqué en Nochevieja hay gente que ya viene cenada, es misión casi imposible. Lo único que te queda es aceptar.

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